
S e x t o D í a
Ejemplo de fortaleza y de valor, Glorioso San Onofre, que habéis experimentado en el curso de vuestra vida de penitencia, cuan suave es el yugo del señor. Vos podéis decir con San Pablo: "¿ Quien me podrá apartar de mi Dios? ¿El hambre, la tribulación, la angustia, la desnudez, el peligro, la persecución?" Yo espero que nada de eso ha de tener fuerza para apartarme de mi Dios, con cuya gracia triunfaré de todos mis enemigos interiores. Pero, acordaos, oh prodigioso Santo, de mi tibieza y debilidad que me hacen tan ingrato al soberano Bien, para que me alcancéis de Su Majestad el fervor en su servicio y una continua presencia de Dios, que anime todas mis obras.
Amén.