O r a c i ó n I n i c i a l
Señor
mío, Jesucristo, Dios
y Hombre verdadero, que os hiciste hombre para satisfacer por nuestros
pecados, con vuestra pasión y muerte: lleno de
confusión
y arrepentimiento lento, confieso que ha sido muy grande mi ingratitud
e infidelidad: pues creyendo y confesando, como católico,
estas
verdades eternas y consoladoras,
he tenido la temeridad de ofenderos.
Más, viendo que sois bondad y misericordia infinitas, y que no desecháis a quien contrito y humillado implora vuestra clemencia os presento los méritos de vuestra Santísima Madre, y los ruegos e intercesión de vuestro fiel siervo San Onofre, y me postro reverente a vuestros pies, pidiendo que perdonéis mis pecados que detesto con verdadero auxilio de vuestra gracia no volver a pecar.
Amén.